Salir por la mañana con bufanda y volver por la tarde con manga corta se ha vuelto una rutina para muchos mexicanos en los últimos días. Este extraño vaivén climático no es casualidad, sino el resultado de una poderosa combinación: frentes fríos y calor extremo interactuando en un mismo día.
Durante la madrugada, el paso de un frente frío provoca un descenso brusco en la temperatura, haciendo que los termómetros marquen valores mínimos entre 1 y 6 grados Celsius en varias regiones del país. El aire frío y denso se asienta durante la noche, generando un amanecer gélido que obliga a sacar los abrigos más gruesos.
Pero a medida que el sol asciende, todo cambia. La radiación solar calienta con rapidez la superficie terrestre y, si las condiciones atmosféricas lo permiten, ingresa aire cálido y seco. El resultado: un aumento drástico de temperatura que puede llegar a máximas de 28°C o incluso más por la tarde.
Este contraste extremo se debe a la interacción entre dos masas de aire opuestas: la fría, traída por el frente, y la cálida, impulsada por la radiación solar y patrones atmosféricos regionales. Es un fenómeno común en temporadas de transición como la primavera o el otoño, pero puede intensificarse si se suman condiciones de calor atípico.
El resultado es un clima bipolar, con grandes variaciones térmicas en menos de 12 horas, que sorprende tanto al cuerpo como al guardarropa.
Recomendación para la población: estar atentos a los avisos meteorológicos y preparar atuendos en capas, que permitan adaptarse al clima cambiante a lo largo del día. Porque en estos días, el clima no da tregua: en la mañana se congela… y en la tarde abrasa.